Redes sociales y adolescentes II

La lista de redes sociales es casi interminable. Existen redes sociales abiertas, cerradas, temáticas, profesionales, para cualquier edad, para edades concretas,...

 


A estas alturas no nos extrañamos de que chavales de 11 y 12 años tengan grupos de Whatsapp o cuenta de Instagram, Snapchat,... cuando estas redes carecen de controles especiales de contenidos y abiertas a todo el mundo. Recordemos que la legislación española establece que la edad mínima de acceso a redes sociales son 14 años. Estas redes sociales no tienen medios para recoger el consentimiento paterno, por tanto no es legal que registren a menores de esta edad.

La clave sigue siendo la supervisión paterna, la implicación de los padres y madres y la creación de un clima de confianza en familia que favorezca la educación de los menores en el buen uso de las redes sociales.

¿Para qué usan los menores las redes sociales?
Algunos de los principales usos son:
- Chatear: Chatear con amigos y conocidos es lo primero que la mayoría de los adolescentes (y adultos) hacen al levantarse por la mañana. Whatsapp es la herramienta preferida para esta práctica habitual y diaria.
¿Qué comentan? Pues un poco de todo: saludos, quedadas, datos personales (números de teléfono, cuentas de redes sociales, ...) , compartir deberes, hablar de sus cosas, hablar de unos y otros, cotillear ... y muchas cosas más. Colocan y cambian continuamente en sus perfiles fotos y mensajes: es una manera de transmitir sus estados de ánimo.

- Compartir fotos o vídeos: Aquí comienza lo que denominamos "el postureo". A nuestros jóvenes les encanta hacerse vídeos y, sobre todo, fotos, poniendo poses varias para enviarlas a sus amigos a través de aplicaciones como Instagram o Snapchat. De esa manera comentan cómo se sienten, lo que están haciendo e incluso dónde están en esos momentos.
Tratan de ganar popularidad entre sus iguales, al igual que seguridad y confianza a través de los “me gusta” y los comentarios que hacen sus amigos.

- Etiquetar: en la mayoría de las ocasiones las etiquetas tienen como finalidad simplemente la de identificar a una persona en una foto, pero también pueden tener un uso insultante, en aquellos casos en los que se etiqueta a una persona no en una imagen en la que aparece, sino en otra que tiene un matiz insultante, difamatorio...

Riesgos asociados al uso de las redes

Que los adolescentes usen las redes sociales para mantener contacto con sus amigos y compartir mensajes o imágenes no tiene nada de malo, pero es cierto que las redes sociales también se pueden usar para acosar, amenazar, difundir calumnias o fotos sin autorización,...
Un uso inadecuado o irresponsable puede tener consecuencias negativas para los menores. Por ello debemos conocer sus riesgos: 

Adicción a las redes sociales
La primera preocupación de los padres tiene que ver con el tiempo que los adolescentes usan su móvil y redes sociales. Es frecuente pensar que tiene adicción a las redes sociales y dispositivos tecnológicos porque su tiempo de conexión es bastante elevado. Sin embargo, no debemos confundir ambos términos: la adicción es una patología, mientras que el elevado tiempo de conexión es un hábito poco adecuado. Lo más frecuente es que los jóvenes no tengan dicha adicción, sino que necesitan educar sus hábitos de uso.
Esta labor sólo se puede realizar desde el diálogo y el acuerdo, consensuando unas normas claras; no podemos pensar que vamos a educar a los menores en un correcto uso de estos dispositivos si nosotros mismos no somos capaces de regular nuestro tiempo de conexión.

Os dejamos en el siguiente enlace un interesante acuerdo entre padres e hijos para el uso del teléfono móvil.
https://www.hijosdigitales.es/wp-content/uploads/2016/09/acuerdo.pdf

Ciberacoso (ciberbullying)
Para considerar que existe ciberbullying o acoso por Internet deben darse las siguientes características:
  1. Es un fenómeno que se produce entre iguales.
  2. El comportamiento de los agresores es deliberado.
  3. La agresión es repetida y se mantiene en el tiempo.
  4. La víctima sufre un deterioro de su autoestima y dignidad personal.
  5. Se usan medios digitales, ya que el acoso se realiza a través de ordenadores, teléfonos y otros dispositivos digitales.
En estas situaciones hay tres tipos de participantes: víctima, agresores y testigos. Los padres tienen miedo de que sus hijos lleguen a convertirse en víctimas, pero debemos tener en cuenta que pueden estar siendo testigos de un caso y no lo dicen o incluso agresores, por el simple hecho de participar de las iniciativas de un grupo o líder. Si la familia detecta alguna situación de este tipo debe hablar con su hijo para orientarles sobre el comportamiento que deben tener.
Si la familia detecta alguna situación de este tipo, aunque su hijo no esté implicado, debe comunicarlo al centro educativo para que éste pueda poner en marcha su protocolo de actuación.  

Sexting
Consiste en el envío de contenidos de tipo sexual (principalmente fotografías y vídeos), producidos generalmente por el propio remitente a otras personas por el teléfono móvil. Compartir una fotografía íntima a través del móvil o de las redes sociales supone perder su control. Esta práctica está cada vez más extendida entre los adolescentes, que pueden ver cómo se les vuelve en contra en forma de chantaje, extorsión o acoso. Ante un caso de sexting, hay que acudir a la Policía o Guardia Civil.

Grooming
Normalmente el adulto entra en contacto con el menor a través de las redes sociales, haciéndose pasar también por menor; tan pronto como obtiene de él algún contenido sexual, se inicia el chantaje, con la finalidad de mantener la relación, obtener más contenidos sexuales y, en ocasiones, llegar a tener relaciones sexuales.


¿Créeis que es fácil engañar en redes sociales? Si conocemos a alguien por Intenet, ¿Podemos fiarnos de lo que nos dice? ¿Creéis que vuestros hijos quedarían en persona con alguien que han conocido por Internet? 




Violencia de género
Antes, sólo se consideraba violencia de género la agresión física sufrida por una mujer a manos de su pareja. Con la irrupción de internet y las redes sociales, se ha ampliado el marco en que se pueden generar conductas agresivas y de acoso. Entre ellas, el acoso sexual sufrido por chicas jóvenes por parte de desconocidos a través de redes sociales y también el control que llegan a ejercer las parejas de estas jóvenes en su móvil. Lo más alarmante es que los adolescentes asumen estas conductas como normales, no las identifican como maltrato y se ha detectado que cada vez suceden a edades más tempranas.

En el vídeo que exponemos a continuación se muestra cómo se ejerce este control... 



Si vuestros hijos tienen una relación de este tipo, hablad con ellos, reflexionad junto a ellos sobre su comportamiento y las implicaciones que puede tener mantener una relación así. Y si necesitáis ayuda, pedidla. En los centros educativos os podemos asesorar sobre recursos de ayuda.

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